LA REVOLUCIÓN INDUSTRIAL

¿QUÉ ES UNA REVOLUCIÓN?

Revolución Industrial: resumen, causas, consecuencias, características

La revolución es un cambio o transformación radical respecto al pasado inmediato, que se puede producir simultáneamente en distintos ámbitos (social, económico, cultural, religioso, etc.). Los cambios revolucionarios tienen consecuencias trascendentales y suelen percibirse como súbitos y violentos, ya que se trata de una ruptura del orden establecido. Las revoluciones nacen como consecuencia de procesos históricos y de construcciones colectivas.

¿QUÉ FUE LA REVOLUCIÓN INDUSTRIAL?



Se denomina Revolución Industrial al proceso iniciado en el siglo XVIII en Inglaterra, por el cual la humanidad pasó de unas formas de vida tradicionales basadas en la agricultura, la ganadería y la producción artesanal, a otras fundamentadas en la producción industrial y la mecanización, Ello propició un acelerado proceso de urbanización que alteró profundamente las estructuras económicas, sociales, así como la mentalidad de los hombres. La Revolución Industrial fue relativamente rápida, se produjo prácticamente en tan sólo una centuria. Su importancia es equiparable a la de la Revolución Neolítica. Sin embargo, el proceso de industrialización no fue simultáneo ni adquirió las mismas características en todos los lugares. En la actualidad existen en el mundo zonas poco industrializadas, que coinciden normalmente con las más pobres del planeta.

causas:

Para un cambio del calibre que supuso esta Revolución Industrial son precisos una serie de factores que multiplicaron los efectos de la misma:

  1. Aumento de la producción agraria. Era el sector primario del cual se nutría la población. Por lo tanto, para crecer ésta, era necesario que hubiera los recursos agrarios suficientes como para alimentar a esa población.
  2. Mano de obra abundante. No es posible que crezca la industria si no hay mano de obra que trabaje en ella.
  3. Capital. Evidentemente, sin dinero no pueden afrontarse nuevos proyectos industriales.
  4. Expansión del comercio. Mayor demanda promueve el que haya mayor oferta. Es decir, mientras más nos pidan, más creamos, y eso sólo es posible con un comercio creciente.
  5. Innovaciones técnicas. Para un cambio semejante era necesario la presencia de nuevas máquinas y herramientas con las que trabajar.
  6. Mentalidad empresarial. La sociedad debe estar abierta a todos esos cambios
  7. Política favorable. El sistema político debe favorecer que se produzcan todos esos cambios.

Estos siete elementos confluyeron en una misma época y en un mismo lugar, los mencionados en el punto anterior: Inglaterra a mediados del siglo XVIII.
La diversificación y especialización favoreció el aumento de la producción agraria del mismo modo que lo hicieron los nuevos métodos de cultivo. Estas transformaciones agrícolas permitieron producir más alimentos y generar más mano de obra que quedaron excedentes. Además, los propietarios se enriquecieron y afloró el capital.
Al mismo tiempo, Inglaterra sufrió una explosión demográfica, creciendo en un siglo de 6 a 28 millones de habitantes.
El aumento del comercio se reflejó en el aumento de las operaciones tanto a nivel nacional como en sus colonias.
En cuanto a las innovaciones técnicas, el uso de la energía hidráulica fue el primer gran salto que se produjo a nivel técnico. Gracias a ello se aprovechó mejor el agua de los ríos, de las que se obtenía energía suficiente. En el sector textil se inventó la lanzadera volante de J.Kay que hizo mejorar el trabajo del hilado y permitió aumentar la producción de tejidos. Sin embargo, el gran invento de esta Primera Revolución Industrial fue la máquina de vapor que perfeccionó James Watt que se aplicaría años después a los transportes, por medio de los ferrocarriles y los barcos de vapor.

consecuencias:

Podemos estudiarlos desde dos puntos de vista: el social y el económico.
Consecuencia social: se produjo una auténtica revolución demográfica. Desde Europa se propagó un crecimiento constante de la población favorecido por los movimientos migratorios y por la creación de una nueva estructura social más a favor de la familia. Comenzó en esta época el declive rural en favor de las ciudades. Crecieron el número de ciudades por todo el mundo y el tamaño de éstas. Apareció la ciudad industrial que nacía y se desarrollaba en torno a una industria concreta. En un siglo se calcula que hubo un movimiento migratorio entre Europa y América de unos 50 millones de personas.
Consecuencia económica: a partir de la Revolución se pudo comenzar a hablar de «crecimiento económico sostenible». Gracias a esta revolución, a largo plazo, se consiguió que las diferentes naciones fueran cada vez más ricas. Comenzó a aparecer los conceptos de capitalismo, la propiedad privada se fortaleció, la libertad de empresa, y el libre mercado que ajustaba sin injerencias la oferta con la demanda. Las Bolsas se fortalecieron, los bancos mejoraron, y con ellos la sensación de riqueza entre la sociedad. Surgió el movimiento obrero en torno a la mano de obra y por último, surgió el capitalismo financiero que conduciría a la Segunda revolución Industrial.

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